miércoles, 1 de diciembre de 2010

Las Mejores Golosinas

FRENTE A FRENTE

Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...

Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables a sabiendas que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.

No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces
para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Y las personas que no discuten contenidos, apenas los títulos.

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa... No quedan muchas golosinas en el paquete.
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
La que sepa superarse a partir de sus errores.
Aquella la que los golpes duros de la vida le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
La que no se envanezca con sus triunfos.
La que no huya de sus responsabilidades.
La que defienda la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas.

Sí, tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar ninguna de las golosinas que me quedan.
Estoy seguro que serán más exquisitas, que las que hasta ahora he comido.


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