martes, 2 de febrero de 2010

Joven inversionista responde modelo

FRENTE A FRENTE.

Esta historia interesará especialmente a todas aquellas jovencitas que están invirtiendo millones en su cuerpo para atrapar un marido millonario. Es un caso que se dio vía Internet, cuando una joven (omito su nombre) escribió esto a una sección de “buscando pareja”: “Soy una chica linda (maravillosamente linda) de 25 años. Estoy bien formada (buen cuerpo) y tengo clase. Quiero casarme con alguien que gane como mínimo treinta millones de colones al mes”.

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Y recibió la siguiente respuesta: (omito el firmante)

Leí su oferta con gran interés, pensé cuidadosamente en su caso e hice un análisis de la situación.
Primeramente no estoy haciéndole perder tiempo, pues gano más de ¢30 millones al mes. Aclarado esto, considero los hechos de la siguiente forma: lo que usted ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que usted busca, es simplemente un pésimo negocio. He aquí los por qué:
Dejando los rodeos de lado, lo que usted propone es un simple negocio. Usted pone la belleza física y yo pongo el dinero. Propuesta clara, sin entrelíneas. Sin embargo existe un problema: con seguridad su belleza va a decaer y un día va a terminar, y lo más probable es que mi dinero continúe creciendo.
Así, en términos económicos, usted es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos. Pero usted no sólo sufre depreciación, sino que como ésta es progresiva, ¡aumenta siempre!. Aclaro: usted tiene hoy 25 años y va a continuar siendo linda durante los próximos de 5 a 10 años, pero siempre un poco menos cada año.
Esto quiere decir que usted está hoy en 'alza', en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada. Usando lenguaje del mundo de los negocios, quien la tiene hoy la debe de tener en “posición para comercializar”, y no en “compre y retenga”, que es para lo que usted se ofrece.
Por lo tanto, todavía en términos comerciales, casamiento (que es un “compre y retenga”) con usted no es un buen negocio ni a mediano plazo, pero alquilarla (leasing) puede ser ahora un negocio razonable que podemos meditar y pretender.
Yo pienso que si me certifica (o demuestra) cuán 'bien formada, con clase y maravillosamente linda' es, yo podría ser un probable futuro arrendatario de esa 'máquina'. En ese sentido le propongo que hagamos lo que para estos casos es una práctica habitual: hagamos una prueba, o sea un 'test drive', para validar el interés de concretar una operación.
Puedo agendarla si usted lo desea”.

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No obtuvo respuesta…

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