martes, 2 de febrero de 2010

Refranes

FRENTE A FRENTE

Milpa, matando la culebra, maje, montarse en la carreta, son algunos de los dichos más populares, pero… ¿cuál es su origen?.

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Milpa: hace muchos años en el marco oeste del Estadio nacional había sembrada una milpa (mazorcas de maíz), y cuando un jugador se quedaba estático de ese lado le decían que estaba “en la milpa”. Y de ahí viene el dicho para cuando un jugador se queda quieto cerca del marco de fútbol.

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Matando la culebra: como fase previa a la construcción de la carretera Bernardo Soto, se envió a un grupo de macheteros a matar cuanta culebra había por los trazados del camino como precaución ante la inminente llegada de los constructores. Y más de una vez llegaban los capataces y los trabajadores estaban haciendo nada, y ante la pregunta de “en qué estaban”, aquellos respondían “matando la culebra”, y de ahí al actual refrán ante alguien que está haciendo nada.

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Montarse en la carreta: muchos años atrás –aunque todavía hoy sucede- cuando nuestros antepasados llevaban los productos agrícolas que habían cosechado a la venta en sus carretas, por lo general ya iban bebiendo licor, por lo general guaro. Y para cuando regresaban a sus casas ya las cantidades de consumo etílico eran importantes, pues parte de las ganancias quedaban en las cantinas del lugar. Y entonces ellos se subían a la carreta y los bueyes, que conocían el camino de regreso, los llevaban a sus casas. Y desde entonces cuando alguien bebe de más, se dice que se subió a la carreta.

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Allá por el año de 1924, existía en la avenida central frente a Almacén Yammuni, una casa antañona convertida en taller de zapatería, el más grande conocido en ese tiempo, con más de cien operarios cuyo dueño se llamó Adán García. Era práctica de la época, que cada operario tuviera su aprendiz, a quien apodaban "perico". La principal tarea que le ponían al "perico" era "majar" suela sobre una plancha de hierro, montada en su muslo, casi encima de la rodilla y debería acostumbrarse a echar callo en esa parte. Al estrujar la suela, esta se endurece y la vuelve más resistente por el continuo martilleo. Pero como a todo "perico" nuevo, había que divertirse con él, y le ponían a martillear un tacón de hule y el pobre se pasaba todo el día "maje que te maje", y nada que estiraba. Al final del día la burla de los compañeros no se hacía esperar, y surgía la "chota": -¿Te cogieron de "maje y maje"?, le decía uno por allá. Vení a "majar" aquí, que tengo muchos tacones, y era de ver sufrir a aquel "perico" a quien lo cogieron de "maje y maje". Así fue como se popularizó el "maje', como sinónimo de tonto, ¡Y sigue tan campante! Solo que ahora no es "maje" si no "mae".

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En la dirección http://www.Costarricense.CR/pagina/MZaragoza/ se encuentran mis columnas de este año.

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